Y ese es el resumen más resumido de esta nueva experiencia triatletica: mejoría. Pero una mejoría a todos los niveles.
En primer lugar una mejoría ajena a una misma. Y es que en si misma esta prueba va mejorando con los años. Para mi era mi cuarta edición y desde luego no puedo más que felicitar a los organizadores, voluntarios y colaboradores de esta edición. Hoy en día hay una gran multitud de pruebas de triatlón(bajo mi opinión quizás demasiadas) y si algo valoro como participante en ellas es el trato que se recibe: organización de boxes, salidas, circuitos marcados y limpios, buenos avituallamientos y bien situados-señalizados…entre otros muchos.
Gracias a Raquel Hurtado por esas fotos.
Gracias a Raquel Hurtado por esas fotos.
A veces a los organizadores se les olvida el que más allá del negocio hay personas que quieren disfrutar de todo lo que el triatlón conlleva. Sin duda este triatlón es un claro ejemplo de buena organización y cuidado hacia el deportista.
En segundo lugar la mejoría también ha sido para una misma. Con una natación algo más movida que de costumbre, ya que el mar en este triatlón suele ser una piscina gigante, los tiempos se han mantenido como los del año pasado. Es quizás en el segmento ciclista y en la carrera a pie donde se va notando poco a poco el trabajo realizado y una ve fruto a los esfuerzos.
De manera global contenta porque sigo mejorando, a pesar de lo difícil que a veces resulta compaginarlo con la vida laboral.
El nivel de este año nada tiene que ver con ediciones anteriores y para mí ha sido un placer poderme medirme con gente de gran nivel.
Ahora toca seguir mejorando y a pensar en próximos retos. Desde luego de este triatlón he sacado fuerzas y motivación suficiente para ello.
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