26 jul 2017

XXIV TRIATLON PALMACES: NADA FUE COMO ESPERABA

Un año más volvemos a estar en la línea de salida de uno de los triatlones más emblemáticos de España no solo por su recorrido sino por la calidad de la organización y el cariño que este pueblo transmite por dicho triatlón.


Llegábamos bien entrenados y con ganas de mejorar en cada uno de los 3 segmentos: natación, ciclismo y carrera a pie. Poco a poco este año vamos mejorando los tiempos y tras el esfuerzo de las últimas semanas tocaba ver lo que el cuerpo había asimilado.


Lo que uno a veces no tiene en cuenta en la ecuación son las variables externas que hacen que todo lo planificado cambie en cuestión de segundos.
Hacia 15 días me veía en un quirófano con anestesia general. La intervención me dejo más fuera de juego de lo que yo pensaba y me costó recuperarme. La verdad es que viendo la calidad de los entrenamientos, estaba optimista de poderme poner en modo competición. Pero no, una cosa es que el cuerpo esté para entrenar y otra para el estrés de competir.


La natación fue con neopreno, cosa que se agradece y que siempre da un puntito de confianza. Quería mejorar tiempo y salí con ganas pero a los pocos metros vi que el cuerpo no iba. Deje de pensar en eso y solo me centré en seguir con buen ritmo y no perderme mucho. Siguiendo pies llegué a la primera boya de giro pero veía que las fuerzas se me escapaban. Salí como con una losa a por la bici.


Me tome la T1 con tranquilidad, intentado bajar pulsaciones que iban como caballos de vapor y pensé que en el segmento ciclista me repondría. Me repetía una y otra vez, recuerda vamos a hacer un buen segmento de bici!!! IMPOSIBLE. No podía por más que lo intentaba. No conseguía coger ritmo de competición. Intentaba hidratarme, tírarme agua por la cabeza y hasta comerme una barrita que deseché porque me venían arcadas.


Una ya se ha visto en estas cosas y la tarde pintaba que muy muy mal. Pensé en abandonar, me dolía la cabeza y mi pulso iba fatal pero a la vez pensaba:” Bueno esta semana la hemos planificado para competir así que por lo menos tomatelo como un entrenamiento de calidad”. Además sino me iba a tocar esperar a David un buen rato.
Así con esa “calidad” hice la bici, adiós a mi planificación inicial. Ahora el objetivo era sobrevivir.


Llegué a la T2 muerta, exhausta y con ganas de meterme en un agujero. Pero me puse las zapatillas y me dije”venga que a lo mejor esto cambia”. Ahora en la distancia pienso, estamos “grillados” de verdad que a veces perdemos la percepción de la realidad, ¿cómo iba esa situación a mejorar?


Empieza la carrera a pie. La cosa no fue a mejor sino a mucho peor. No tarde ni un minuto en darme cuenta que me iba a arrastrar. No conseguía coger ritmo, el pulso altísimo y cada vez más off. Aguante una vuelta y vi a David. Me animó y me dijo que la cosa cambiaría. Al final aguanté. Aguanté por la gente de mi ex club que me animaba (mil gracias), por los amigos, por no tirar la toalla y porque al menos eso que entrenaba, aunque creo que a veces es mejor parar y no someter al cuerpo a esa paliza.


Me quedo con la experiencia, no vuelvo a competir tan cerca de una intervención y con la espinita de no poder haber disfrutado de unos de los triatlón que más me motiva cada temporada.



Ahora a seguir entrenando y pensando en que a veces las variables que no contemplamos aparecen en la ecuación y te rompen la misma, pero esto es así: como la vida misma. Si fuera fácil seguro que no nos gustaría tanto.

16 jul 2017

COMIENZA LA TEMPORADA DE TRIATLONES

Este año comienza tarde la temporada de Triatlones. La verdad es que nos apetece competir en pocas cosas. El furor de otros años de competir en muchas pruebas se ha pasado y ahora elegimos mucho donde competir.

Hacía tiempo que no repetía este triatlón pero la nueva modalidad que tiene de No Drafting la hacía interesante. Además volver a correr en casa con los ex compis del club Triatlón de Guadalajara  siempre es agradable.

La natación fue cómoda siempre me han gustado los triatlones donde se separan las mujeres de los hombres y aunque salimos cinco minutos más tarde siempre tienes que ir adelantando a triatletas pero con la seguridad de que recibes pocos golpes.

Soplaba un cálido y fuerte aire que hizo del segmento de ciclismo una prueba algo más dura de lo esperado pero a mi es uno de mis segmentos más fuertes y conseguí hacer un buen parcial. Siempre suelo ir escalando puestos en este segmento y aunque no sabía muy bien en qué posición iba sabía que poco a poco me iba posicionando en carrera.


Al bajar en laT2 veo que prácticamente nos bajamos tres chicas correr. No tenía prisa, quería coger mi ritmo de carrera. Comienza segmento de carrera a pie. Iba sin reloj así que me movía por sensaciones pero cada vuelta (este triatlón se corre a 4 vueltas) me encontraba más fuerte.


Me coloco 4ª a pie y veo que poco a poco me iba acercando a la tercera. Por detrás no había peligro así que me di la última vuelta disfrutándola, con ese punto de superación pero sin acabar exhausta.
Contenta con ese tercer puesto pero sobre todo por las sensaciones que he tenido. Siempre es un placer compartir pódium con triatletas del nivel de Zuriñe Rodriguez y de Clara Pastor.


Que buena gente hay en el mundo del triatlón.

Seguimos camino a nuestro objetivo del año.

28 may 2017

DE MADRID AL CIELO: UN MARATÓN QUE NUNCA OLVIDARÉ

El Maratón de Madrid nunca entro en mis planes pero este año quería conseguir marca para poder acceder al Maratón de Boston 2018. No quedaba más remedio que buscarse un Maratón antes de que comenzara la época de triatlones y conseguir la marca acreditada.

La idea había sido conseguirlo en el Maratón de Valencia 2016, el cual preparé a conciencia pero en el que tuve que retirarme en el kilómetro 28 por problemas de “chicas”.


Llegué al maratón de Madrid con un claro objetivo, hacer 3:25 para asegurarme entrar nada más abrirse las inscripciones de Boston 2018. Tenía la mejor liebre: David el cual llevaba completamente controlado el Maratón, kilómetro a kilómetro. Yo solo me tenía que preocupar de una cosa: correr.


Empezamos el maratón con la compañía de un maestro de las carreras: Beni al cual le debo mucho de lo aprendido en el día a día. Ellos me fueron regulando desde el primer momento porque las piernas se iban solas.


Llegamos a Plaza Castilla sin darnos cuenta y con la sensación de que el cuerpo solo quería corre más rápido. Hay nos separamos de Beni, íbamos cada vez más rápido pero con cabeza (esa la ponía David).


Según pasaban los kilómetros, la cosa iba a mejor. El ambiente del Maratón en tu ciudad es único. La gente animaba un montón y el correr por las calles de una ciudad tan bonita como Madrid hacia el resto.


Antes de llegar a la Casa de Campo hicimos un trato, si entraba fuerte, David me prometió que podía marcar mi ritmo a partir de ese punto. Y así fue.

Es cierto que al entrar en la Casa de Campo empezó un fuerte dolor en la pierna que iba subiendo hasta llegar al psoas. La cosa pintaba mal pero el dolor se relajaba con las cuestas y justo empezaba el verdadero Maratón al salir de la casa de Campo con muchas cuestas: así que tuve suerte hasta en eso.

En el kilómetro 28 se nos unió Quique un compi de fatigas del grupo del Retiro. Gracias a que en el kilómetro 35 pude ponerme Réflex  el dolor empezó a ser menor y a partir de ahí dije: “vamos a dar todo lo que tenemos”.

Las sensaciones fueron cada vez a mejor, cada vez corríamos más rápido y cada vez iba disfrutando más. No sabía que  tiempo llevábamos ya que iba sin reloj pero David me decía que conseguíamos bajar de 3:25 sin problemas. Parecía mentira que llevábamos los kilómetros que llevábamos en el cuerpo. 



Además había compañeros de trabajo y de entreno por la última parte del recorrido lo que hicieron que la energía fuera a tope.
Los últimos kilómetros me los dediqué, por el esfuerzo realizado y por haber podido disfrutar de principio a fin de una carrera tan larga la cual no siempre te brinda estas oportunidades. La sonrisa no se me borro de la cara en ningún instante.

La entrada en el retiro la hice con mi medio limón, al cual le debo mucho y con dos compañeros de entrenos: Quique y Arturo, gracias compañeros. Feliz de cruzar esa meta.
Al final 3:18 pero lo que menos me importo fue el tiempo. El objetivo se consiguió de sobra: ”Nos vamos a Boston” y siempre quedará en mi recuerdo el poder haber corrido las calles de Madrid con una sonrisa de oreja a oreja y disfrutando de cada momento.



Gracias Madrid por haberme regalado esta oportunidad, que afortunada me siento de poderlo haber compartido paso a paso con la persona que más quiero.