La
verdad es que Pálmaces tiene algo especial, cada año que lo hago pienso que no
volveré a hacerlo, se sufre y mucho, pero luego con el paso de los meses solo
lo bueno queda en la mente y sin duda esto hace que desee volver a estar en la
línea de salida.
Este
año casi casi me lo pierdo. La preparación para el IM de Mallorca no cuadraba
mucho con este triatlón, pero sabía que verlo desde la barrera era algo que no
podría soportar, así que mejor sufrirlo desde dentro, y sin duda lo sufrí, lo
sufrí.
El
agua sigue siendo mi asignatura pendiente, siempre hay un “algo” que me pasa
para no salir contenta de ella una vez terminada la prueba. Creo que no sé
sufrir lo que debiera y me acomodo donde no debo. A veces desespero en saber cómo
disputarla más, pero bueno, no cedo en mi empeño de competir mejor que la
entreno.
En
el segmento ciclista mi queridísima Ceepo no quiso portarse bien y desde el kilómetro
30 la maneta del cambio empezó a fallar, así que pasamos a tener que ir sujetándola
para que no cayera la cadena a la corona más pequeña. Desde luego no fue una
buena bici ya que tuve calambres, a pesar de cuidar la hidratación y las sales.
Al
bajarme a correr mi única preocupación eran esas molestias en el abductor, pero
parece que se solucionaron. Mi idea previa era disfrutar de la carrera,
olvidarme de las posiciones y correr rodeada de ese ambientazo único que Pálmaces
ofrece. Pero solo quedó en eso: en una intención porque sufrí todo lo que pude
y más. Al poder ver que mi plaza podía verse mejorada solo pensé en correr a
todo lo que daba y así fue. Empecé sexta y acabé cuarta, con duras
contrincantes que no lo pusieron nada fácil pero bueno parece que las piernas
se portaron.
Contenta
con la medalla de chocolate, ante un pódium muy duro de roer: Gallardo, Raña y
Leal.
Sin
duda un Pálmaces duro, aunque cada edición terminada me hace creer que ha sido
la más dura, veremos la siguiente porque seguro que allí estaremos si el cuerpo
aguanta (la cabeza ya dice que si).
No
quiero terminar esta crónica sin dar las gracias a todos los que estuvisteis
animando (desde dentro y fuera de la carrera). Sé que soy una “seca
“compitiendo y que no llego ni a sonreír y mucho menos a dar las gracias (no me
da ni el cerebro ni el cuerpo) pero que vuestros ánimos me ayudan muchísimo y
que en mi mente todo queda grabado, es algo que tengo muy muy claro y que desde
aquí quiero que sepáis y que me hace muy feliz. De veras que millones de
gracias por estar ahí. Y gracias a Felipe Gutierrez que no solo es un excelente speaker sino también fotógrafo!.
Ahora
a centrar el cuerpo de nuevo para seguir rumbo a IM Mallorca J
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