Este
fin de semana ha sido una nueva experiencia, como todo en la vida cada día es
una nueva experiencia. Esta vez me animé a probar la distancia del duatlón
sprint en Élite y que mejor lugar que hacerlo en el Campeonato de España.
Invitada
por la Federación de Castilla La Mancha pude estar en esta prueba que sin duda resumiría
en dos palabras: Altísimo Nivel.
No fui en mi mejor momento ni de lejos para este tipo de prueba. Llevaba dos
semanas sin poder correr y volcando mucho los entrenamientos en kilómetros de bici
con bastantes puertos ya que uno de los objetivos del año así lo requiere y
bueno creo que menosprecie el perfil de la prueba y valore en demasía mi
capacidad de recuperación durante la semana.
Entrando
en materia he de decir que la prueba a nivel de organización fue de 10. El
competir en pruebas organizadas por la FETRI en categoría Élite ya lo había probado
en la media y larga distancia y desde luego lo saben hacer muy bien.
En
cuanto al nivel pues que se va a esperar en un campeonato de España, altísimo y
encontrándose lo mejor del momento a nivel nacional con lo cual para mí fue un
gustazo de prueba el poder estar en esa línea de meta y con un buen número de
dorsal: el 13.
El
objetivo de mi prueba era hacer una bici lo más fuerte posible. Llegaba muy
bien entrenada en ese segmento y quería pelear en un pelotón. Las pocas pruebas
que he hecho de Duatlón con drafting siempre me han dejado la sensación de
estar sola o en grupos muy muy pequeños así que este sin duda era el
escenario perfecto para encontrar ruedas duras de perseguir y aguantar.
Nada
más salir en la primera carrera a pie sabía que no iba bien. Malas sensaciones
y si mi idea inicial era correr como en el Duatlón de Yebes a los pocos minutos
sabía que no iba a ser posible. Me quede muy muy atrás sin posibilidades de
correr mejor, flato, piernas cansadísimas y no buenas sensaciones. Pero no me
bloquee, hice lo que pude y controlé un flato increíble que me dio por salir
sin control.
En
la bici llegaría lo peor, calambres en gemelo izquierdo y cambio de chip. Donde
yo quería dar guerra, la guerra se volvió en mi contra y no pude más que
intentar quedarme en un grupo que no era el mío si mis piernas hubieran estado
bien. En la última vuelta intenté pelear pero lo pagué, así que toco bajar ritmo,
acomodarse y dejar al cuerpo que mandara.
El
último segmento de carrera a pie fue más de lo mismo pero al menos sin flato.
Piernas cargadísimas por no haber descansado y entrenado para una cosa así.
Pero sin duda una buena satisfacción al cruzar esa línea de meta con una gran
amiga e increíble campeona: Elenita!!!! Orgullosa de verte ahí, si señora!.
A
lo largo de ya unas cuantas pruebas he ido aprendiendo a parar, escuchar al
cuerpo, adaptar entrenamientos a ritmos de vida y un largo etcétera pero todavía no
consigo aceptar que si uno no está bien preparado para una prueba ,a veces es
mejor no tomar la salida. Me paso el año pasado en Ecotrimad y este año me
vuelve a pasar. Llego a una prueba lesionada y con piernas machacadas pero me
empeño en tomar la salida y esperar a que se solucione, y claramente eso no
funciona.
En
fin a ver si a base de coscorrones aprendo. Ahora a recuperar esa pierna con mi
mejor fisio: Artefisioterapía y a centrarme de lleno en el primer triatlón del
año: el Half de Pamplona.
Por
delante quedan mucho camino hasta llegar a Embrunman que seguro me
harán disfrutar a tope de esta pasada de deporte.
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