Un año más ahí estábamos tomando la
salida de uno de mis triatlones favoritos, quizá no era la mejor prueba a dos semanas
de Embrun pero el ambiente que en Palmaces se respira sin duda lo compensa.
Las semanas anteriores fueron las
últimas de carga y a pesar de salir muy buenos entrenamientos la competición
reflejo sin duda otra cosa.
Hice un agua buena pero mejorable,
esa misma semana hice un test de 800 y David y yo hicimos el mismo tiempo lo
que refleja que tengo que ser más competitiva en este segmento o que el compite
genial o ambas: who knows.
En el segmento de bici me deje
llevar por sensaciones y pase bastante de los watios. Hice una buena bici y
acabe contenta con el tiempo, sobretodo pesando en que me bajaría muy fuerte a
correr.
A pesar de llevar unos años en esto
no consigo entender el cuerpo. Me baje de la bici y en los primeros 500 metros
ya sabía que no iba. Normalmente me bajo a correr muy cómoda y en seguida cojo
ritmo pero aquí no. Pasaban los kilómetros y las rivales ya no importaban: malo;
pasa el tiempo y tampoco: todavía más malo; hasta que Dani Soriano me ayudo a
remontar la carrera, a bajar el ritmo (que yo no hubiera conseguido porque soy
una cabezota y no escuché al cuerpo) y me dio la vida, para poder hacer una muy
buena carrera en la segunda vuelta. Aunque era ya tarde para todo.
Aun así
lectura positiva (como dice el coach): me sentí muy bien al cruzar la meta,
lástima de esos 12 kilómetros, aunque creo que en la siguiente prueba no diré
eso…. O si, quien sabe J.
Ahora a disfrutar de estas – dos
semanas Pre Embrun, de los preparativos, viaje y compañía y allí a hacer una
cicloturista y correr un maratón.
Ya tengo
excusa para volver a Pálmaces y mejorar mi tiempo, que desde luego no fue el de este
año. Así que ya tengo una prueba para el calendario del año que viene: mola!!!!
Go
toEmbrun,
la siguiente crónica es de las que se sufre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario